La adaptación de sistemas tecnológicos a sectores tradicionales tan fundamentales como el agrícola, ha causado el nacimiento de nuevos términos como “agrotecnología” o “AGTECH”, que se enfoca en encontrar nuevos modos de aumentar la productividad priorizando la sostenibilidad.
Esta productividad se entiende de dos formas: laboralmente se pretende que máquinas y utensilios incrementen el rendimiento de los trabajadores; y por otro lado la búsqueda de terrenos rentables y fértiles que, gracias a la implantación de técnicas como el uso de semillas transgénicas, mejoras en el riego y fertilizantes.
CRECIMIENTO
La población ha crecido de manera exponencial en las últimas décadas y se prevé que así siga siendo, estimando que para 2050 viviremos en la Tierra 10 billones de personas según ALSI y para ese año serán necesarios un 60% más de alimentos que los demandados hoy por hoy como ha declarado la FAO. Hay una necesidad prioritaria de preparar al sector agrícola para abastecer al futuro, la inversión actual en la agrotecnología está en auge. Tanto es este interés que, de acuerdo con un informe realizado en 2022 por la Universidad Austral y Endeavor, en esos últimos años la industria había crecido un 70%.
Y eso no es todo, un nuevo estudio económico que llevó a cabo Juniper Research reveló que en los siguientes 5 años iba a suponer una tasa de crecimiento anual promedio del 150%. Con datos tan positivos que adelantan una próspera evolución de este sector emergente, no es extraño que haya tantas empresas interesadas en investigar su desarrollo y volcarse en una expansión que supondrá el cambio de los modos de producción.
MEDIOAMBIENTE
Los agricultores han promovido el desarrollo de estas tecnologías atendiendo a la sostenibilidad medioambiental y económica de los campos que cultivan. Uno de los mayores problemas que arrastra esta práctica es la contaminación de aguas subterráneas por los fertilizantes y otros productos de tratamiento de las plantaciones. Sustancias como nitrógeno y fosfatos son propensas a penetrar en las tierras hasta llegar a las aguas subterráneas, pero también llegan a lagos o embalses acrecentando por el exceso de nutrientes el número de algas, que impiden el crecimiento y la vida de otras especies.
La FAO ha determinado que los fertilizantes, el estiércol y los plaguicidas son los principales responsables de la contaminación del agua. Se ha probado ya que los nuevos sistemas tecnológicos contribuyen a reducirla notablemente.
MODERNIZACIÓN TECNOLÓGICA
La inteligencia artificial y biotecnología son algunas de las herramientas que están aportando valor al sector agrícola, examinando la información del campo para explotar su potencial y reducir el impacto ambiental. Atienden a variables como clima, especies de plantas, humedad del terreno o presencia de plagas sin necesidad de acudir allí en persona.
Estas mejoras se han introducido, entre otras, en forma de:
- Softwares y sensores para administrar los terrenos
- Tecnología para la cadena de abastecimiento
- Robótica y mecanización como maquinaria automatizada o drones
- Explotación de sistemas de cultivo como invernaderos
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